Final

Te traicioné, me he traicionado. Te dije querer un mundo de héroes con sueños tranquilos, sin temor de una cuchillada, sólo con nuestro acuerdo como asidero, verdaderes héroes. Te canté: “Si tú me dices ven, lo dejo todo”, pero lo convertí todo en una mentira. Ahora me caen las lágrimas, ahora, y cuando cualquier recuerdo o detalle tuyo se presenta ante mi tengo que aparentar una normalidad mentirosa. Me hago a mi misma, triste, sin agarres, yo misma los solté, y no estando a la altura de los habitantes del mundo que quiero, en qué quedo.


¿Por qué? ¿Y cómo se reconquistan las esperanzas en une misme, cómo se recupera el esperar cielo y tierra del género humano? Me dibujé con rotulador indeleble en un trazo que no es ni feo, ni malo, ni nada, me hace llorar, no lo he soñado. Y ahora ni siquiera puedo volver a la promesa mágica que te hice, sin fallar quizás al que ahora está a mi lado. Quedé atrapada en una ruina que yo sepulté, y me siento ahogada y sin salida, no sé si puedo volver a soñar un mundo que valga la pena si yo no tengo cabida, me he expulsado de mi propia exigencia de no mezquindad. ¿Y ahora qué?