En su bloque todos le llamaban la piraña, era su forma original de llamarle puta, porque le gustaban las pollas y las comía con voracidad. Le conocí en el juzgado, su hermano intentó violarle. El muy estúpido, porque a ella le gustara jugar, picar a la puerta del vecino y acabar comiéndole la polla, se creyó que ya no valía una mierda, que podía abusar de su cuerpo como si fuera una basura. Y digo yo que qué tendrá que ver su apetencia bucal con que fuera más o menos inteligente, mejor o peor persona, más o menos sensible. Aunque lo lejos que estamos de la supuesta liberación de la mujer lo demostró la abogada, que como presunción de su posible consentimiento listó todos los tíos que se había pasado por la piedra. Mierda de sistema.