Tan fuera y tan dentro

Estás ahí, mirándome, y a mi se me haces un completo extraño, más que escucharte o mirarte, el amago es de descifrarte. Pero entonces me besas en la boca y yo cierro los ojos para poder perseguir tu beso atravesando todos mis órganos, boca abajo por el vaivén, en un mareo orquestado. Y cuando vuelvo a abrir los ojos, estás ahí fuera, un extraño, te escucho y tus palabras no tienen un eco interno, te miro y tus rasgos no me son familiares. Es muy raro.