Más adentro

Encantada de que me toques, pero no es cuando te aprietas contra mi cuando te siento más adentro, ni tampoco cuando una parte de ti está efectivamente dentro mío. Cuando te siento más adentro es cuando estando en un trayecto trivial (en bici, caminando, en bus...) con el pensamiento liberado de todo objetivo, divagando ocioso, llega a ti y, de improvisto, una ola de calor sube desde mi estómago a encenderme las mejillas, dejando en todos los órganos el rastro de un hormigueo. Y con una sonrisa me veo forzada a tomar las riendas de mi divagar errante para averiguar qué fenómeno ha zarandeado de tal forma mis cimientos. Y mientras sonrío, aún con el eco del hormigueo y el cosquilleo del calor en las mejillas, ya sé que eres tú, y eso no hace más que redoblar mi sonrisa y el desequilibrio. Entonces, es cuando te siento más adentro.